La Argentina conflictiva modo 2024

Se va el 2023, llega el 2024. Apenas un cambio de calendario para la política nacional. La conflictividad continuará en la Argentina. Más aún en enero, en pleno debate con sesiones extraordinarias del Congreso Nacional. DNU y ley “ómnibus”, dos temas urticantes que prometen elevar la temperatura más que el propio clima de verano.

La CGT ya convocó a un paro de 12 horas para el 24 de enero. Se sumarán la CTA, movimientos sociales y partidos políticos. No se descartan otras instituciones a medida que avancen las semanas (inquilinos, farmacias, por ejemplo). Es el paro más rápido convocado contra una administración nacional. A 18 días de asumir, y cuando efectivamente se concrete la medida de fuerza, habrán pasado apenas 45 días de la asunción del Presidente Javier Milei.

No es casual la fecha. Si se cumplen los tiempos de las sesiones extraordinarias, el 24 será momento de definiciones. El peronismo kirchnerista (el bloque mayoritario en Senadores y Diputados) ya adelantó su rechazo; el nuevo bloque encabezado por Miguel Pichetto (23 en total) se muestra en desacuerdo por las formas, en algunos casos; y por el fondo, en otros; la izquierda también lo va a rechazar; y el radicalismo no avala el avance del Poder Ejecutivo sobre el Congreso de la Nación, aunque no se muestra en desacuerdo en gran parte de lo que expone el contenido de las normas.

En definitiva, el único aliado que le aporta votos en el Congreso y respaldo político es el Pro alineado con Mauricio Macri y Patricia Bullrcih. El resto rechaza o duda. El Gobierno tampoco cuenta con movilización como para sostener sus planteos en las calles. Sí, por supuesto, con los votos obtenidos en balotaje.

Milei quiere hacer en un mes lo que Macri no quiso o no pudo en cuatro años. Todo rápido, con el respaldo de las urnas, para cambiar la matriz productiva, social, política, educativa, cultural de la Argentina. Un plan osado, que raya la inconstitucionalidad por las formas; pero que ahora tendrá su disputa más fuerte en el Congreso Nacional. Allí se definirá el futuro inmediato de la Argentina. En las calles seguramente habrá más debate y más conflictividad. Todo ello, a pesar del protocolo “antipiquetes”. Bienvenido 2024, año largo y difícil. Pero ojalá, casi en modo de expresión de deseos, aparezcan los consensos para vivir y convivir en paz.