La abogada de Virginia Collosa dijo que el fiscal le da una entidad subjetiva a los chats difundidos y no quiere escuchar la posición exculpatoria. La defensa sostiene que no hay pruebas de los hechos cometidos. Dicen que tampoco hay indicios de riesgo procesual.
Virginia Collosa, abogada de Alicio Dagatti, fue detenida el 13 de marzo. Se le dictó la prisión preventiva el 14 de mayo, por instrucción del fiscal Gavier. La Doctora Agustina Cisso Lavayen, abogada de Collosa, dialogó con DE UNA.
En la defensa, se oponen a esa prisión preventiva que venció con cargo. Es decir, es el tiempo procesal que la defensa tiene para oponerse a la resolución. Así, se pasa a un juez de control para que revise la decisión tomada por el fiscal Gavier, en base a los argumentos de los abogados defensores, que han presentado las oposiciones. No hay un tiempo de duración de este proceso, dispuesto por el código procesal. La mayoría de las veces demorar un mes.
Se le atribuye haber brindado asesoramiento técnico-legal a la banda para llevar adelante la actividad ilícita. “No se entiende cuál es la acusación porque tiene muchos defectos técnicos, legales, argumentativos”, manifestó la letrada. Expresó que no hay pruebas “que permitan sostener como probable la existencia de los hechos, ni mucho menos la participación punible de Virginia” y solo se valoró un intercambio de mensajes.
Además, agregó que no se justifica el riesgo procesal, que lo consideró como lo principal para tomar estas medidas coercitivas. “Es la realidad de los hechos. Ella es totalmente inocente de los hechos que se le imputan”. Explicó que simplemente brindó asesoramiento – porque trabajaba con la familia Dagatti– sin que eso implique ningún tipo de hecho delictivo. Las conversaciones que se difundieron, “no son comprometedoras o a criminales”.
Acusó al fiscal de dar una entidad subjetiva a los chats y no querer escuchar la posición exculpatoria del Collosa. “Le sirve a él para justificar y para contar la historia que quiere contarse”. Agregó que, en las dos declaraciones, su defendida respondió preguntas y argumentó absolutamente todo. “Hasta el día de hoy no se le dio importancia”. Collosa detalló desde cuando conoce a la familia Dagatti, cómo empezó a trabajar, qué funciones cumplía, qué conocimiento podía tener sobre la actividad que ellos realizaban y cuál era su participación como abogada.
Según lo que circula, muchas de las conversaciones de Virginia Collosa con Mina, responsable del frigorífico, el propio Dagatti, su hijo Ignacio se registra una comunicación fluida en las cuestiones de los procesos de la carne, el decomiso y una acción en contra del transporte.
Explicó que los mensajes intercambiados se han dado por WhatsApp. “Si una persona quiere cometer un hecho delictivo no va a hablar por ahí y dejar la evidencia de manera tan vulgar”. Expresó que Collosa brindó una explicación desde “el primer hasta el último mensaje”, contextualizándolos y acompañándolos, para acreditar su verdad, con otros medios de prueba, por ejemplo, intercambios de mail. “El fiscal le da un carácter delictivo que no corresponde”, dijo.
Según lo que se desprenden de los mensajes, unas medias redes no habían sido decomisadas, inspeccionadas. Se sospecha que Virginia Collosa habrían participado en una maniobra para reingresar en Bouwer la carne que había sido rechazada en el procedimiento de diciembre del 2023, porque había perdido la cadena de frío.
La defensa establece que Virginia Collosa no conocía ni pudo conocer, si es que pasó e ingresaron, que esas medias redes estaban en mal estado. “Su jefe, la familia de Dagatti, le encargaron de hacer una tarea: un descargo al servicio penitenciario”.
Contó que, al momento que se le solicitó el pedido, le dijeron que habían rechazado unas medias redes, pero que no era culpa del Frigorífico Livorno. La necesidad que se le manifestó fue justificarlo, no solamente por la pérdida que eso le generaba económicamente a la empresa, si no porque eso podría ser plausible de sanciones administrativas por parte del servicio. “Le dijeron que las medias redes perdieron el frío en el trayecto o al momento de ser requisado el cambio en el Bouwer. Por lo que, había que justificar que la empresa no era responsable”.
Junto al equipo legales, se representó a la empresa y se fundamentó por qué no le correspondía esa responsabilidad a la carne. También pidieron que se les reconozca esa carne, que ellos volvieron a enviar, a los siguientes pedidos, que hacía la cárcel, de productos cárnicos.
“No quiero hablar sobre el resto de los imputados ni meterme en las estrategias defensivas de mis colegas”, dijo, aunque sostienen que no hubo ningún tipo de criminalidad por parte de los imputados.
Comentó que los hechos no podrían subsumirse en la figura típica de la asociación ilícita porque no están los elementos que exige el delito.La asociación ilícita requiere la presencia de una asociación de tres o más personas con la finalidad de cometer delitos indeterminados y existir una mínima organización interna entre las partes de la banda. Además, es necesario el conocimiento de esos sobre la finalidad delictiva y la voluntad de integrar un acuerdo. “Estos elementos no se dan”, relató.
Manifestó que Collosa no tiene participación en la empresa ni en ninguna cuestión administrativa de la empresa. “No conoce de nada relacionado a la carne ni la documentación de Senasa. Ella conoce de derecho”. Agregó que en ningún momento sospechó que esas carnes estaban en mal estado, ni tampoco que podrían haber sido reingresadas.
Reveló que la abogada trabaja hace aproximadamente 8 años con los Dagatti. Empezó como administrativa hasta que se recibió y la hicieron parte del equipo de legales, compuesto por varios integrantes.